Para la primera partida de Metrópolis que dirigí en Sants Niggurath por la tarde tuve dos jugadores de la partida de Campeones de Ábora del sábado por la mañana en Stronghold, y una jugadora nueva, atraída por el trasfondo. La partida se desarrolló de una forma algo tortuosa, el principio se les atragantó un poco, les costó un poco pillar la ambientación (cosa que entiendo, el concepto de distopía puede no ser entendible de buenas a primeras dentro de un juego), aunque pasado ese tramo, todo se desarrolló con fluidez, hasta que al final uno de los personajes traicionó a los otros dos, dejándolos a su suerte.
Como anécdota, en medio de la partida firmé un ejemplar del juego, pues se sorteó en la rifa que hizo el club y el afortunado al que le tocó me pidió que se lo dedicase. Dejo una foto del momento:
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