La primera partida de la tarde, que en este caso fue de Campeones de Ábora, dirigí El trono del Dios Muerto también a un grupo formado enteramente por menores. Fue mejor que la de la mañana, aunque también hubo momentos un tanto caóticos, sobre todo en el primer combate, y además tuve que acortarla un poco porque se me venía la hora encima (tenía otra partida luego, que comentaré en la próxima entrada). Pero fue fluida y, sobre todo, pillaron muy bien el sistema, además no les afectaron las descripciones macabras que hay en el módulo. En resumen, disfruté más.
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